Los niños pequeños son más vulnerables a la exposición al tabaco que los adultos, debido a que tienen una superficie corporal y un peso inferior. Además, aquellos que conviven con el humo, ya sea porque sus padres o sus cuidadores fuman, tienen más riesgo de sufrir infecciones respiratorias de las vías altas y bajas, y de requerir consultas médicas o ingresos hospitalarios, que los que viven en un hogar libre de humo.
Así lo ha dado a conocer la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) en un estudio que ha hecho público en su revista Prevención del Tabaquismo. En él, se centran en los efectos que tiene inhalar el humo del tabaco en los niños hasta los tres años, y para averiguarlo contaron con la participación de 150 menores de esa edad del Centro de Salud Artilleros de Madrid, el 43,3% de los cuales tuvieron en sus casas exposición al humo de tabaco ambiental (HAT).
El peligro del tabaquismo pasivo para los niños
De los que estaban en contacto con el tabaco en casa, en el 56% de los casos era el padre el que fumaba, en el 27,8% por tener una madre fumadora, y un 15% por el consumo de los cuidadores. Sin embargo, al preguntar a los adultos, del total de la muestra el 37% de los padres se declaró fumador, así como el 26% de las madres –un 19% que lo hizo mientras estaba embarazada, y el 7% que no–, y el 46% de los cuidadores principales.
Las casas en las que al menos uno de sus habitantes fuma constituyen un ambiente peligroso para los niños, ya que es donde pasan entre el 60% y el 80% de su tiempo los menores de 18 meses, según el estudio, que también ha estimado que los pequeños que viven en entornos donde se encuentran expuestos a HAT reciben una dosis de nicotina equivalente a fumar entre 60 y 150 cigarrillos al año. Esto provoca un aumento del riesgo de infecciones agudas respiratorias y otorrinolaringológicas y problemas de asma.
Tanto es así que los pequeños que estuvieron expuestos al tabaco presentaron de media 9 casos de infecciones respiratorias, en comparación a los 7,4 episodios de los niños no expuestos. En cuanto a la media de consultas a pediatra, los primeros acudieron 11,8 veces, frente a 9,4 de los niños con hogares con aire sano, y una media de 0,3 tuvieron que ser ingresados por infecciones respiratorias, 0,1 por encima del resto.
Los casos de bronquiolitis también fueron superiores en los menores que estaban expuestos al humo del tabaco en sus casas, y las consultas por laringitis fueron más numerosas en los niños que inhalaban humo y que acudían a la guardería. Todos estos datos hacen que los expertos hayan lanzado la voz de alarma para que se conciencie a la población de los graves riesgos que conlleva fumar delante de los pequeños o en el lugar donde residen, además de fumar durante el embarazo, lo que aumenta el riesgo de sibilancias en los dos primeros años de vida.
Fuente: WebConsultas