¿Por qué es importante la dinámica de los juegos infantiles?
Jugar es lo que hace feliz a un niño. Correr, saltar, bailar, pintar, los juegos en solitario, en grupo, los juguetes, las pinturas… son factores esenciales para la evolución y desarrollo físico y mental de los niños y niñas, así como son las primeras oportunidades que tienen para tener contacto con sus padres, primero, y con otros niños, después.
Los juegos infantiles son la base del aprendizaje, ya que a través de ellos aprenden a desarrollar sus habilidades sociales y su autoestima, a manejar las emociones y los sentimientos y, sobre todo, a emplear el lenguaje.
Nada más nacer, para el niño todo es nuevo y gracias a los juegos va conociendo el medio y los objetos que le rodean. Hace solamente juegos de movimiento con los objetos que encuentra y con su propio cuerpo, lo que le hace tener sus primeras sensaciones perceptivas, controlar sus movimientos y desarrollar la atención y concentración.
A partir de los 3 años, comienzan una fase de fantasía e imaginación en la que intentan imitar todo lo que ven. Son típicos en esta fase llamada “el juego simbólico”. Aquí es donde se desarrolla la capacidad cognitiva, es decir, la capacidad de crear representaciones de cosas en nuestra mente que no están presentes.
El juego es vital en esta etapa ya que permite el desarrollo del pensamiento.
Te proponemos una guía de juegos infantiles para niños de 3 a 6 años con la que estimularán tanto los movimientos, como la representación y la comunicación.
Pintura de dedos
El clásico juego de las pinturas con los dedos es una actividad muy eficaz para potenciar la capacidad creativa del niño o la niña. Disfrutaréis de esta actividad ya que no está restringido a ninguna edad, podrás enseñarles a combinar los colores de los que dispones para que vean los que resultan de las mezclas, les podrás enseñar que al combinar las pinturas con el agua se vuelve más fluida…
Es una oportunidad de mostrarles todas las cosas que se pueden hacer con las pinturas a la vez que les animas a que digan lo que quieren pintar o cómo siente las pinturas al tocarlo con sus dedos. ¡Y quién sabe! Quizás tengas un Picasso en casa y no te habías dado cuenta.
Para esta actividad podéis poneros en una mesa que esté tapada con papeles de periódico por ejemplo en caso de poder mancharse, o en el suelo si lo preferís también tapado con papeles de periódico. Ten a mano un cubo de agua para poder lavaros las manos tantas veces como queráis y una toalla o esponja.
El tipo de pinturas a utilizar debería ser no tóxica por la vía oral y no irritante para la piel de los niños. Y por último, usa ropa que no te importe manchar.
Pintura con cepillo de dientes
Otra forma de fomentar la creatividad del niño con las pinturas es empleando un cepillo de dientes, que utilizará como si fuera un pulverizador.
Para ello emplearemos los mismos materiales que mencionamos en el anterior juego más un par de cepillos de dientes, para usar más de un color, o brochas pequeñas. En esta actividad necesitaréis tener plantillas de cartón hechas de las cosas que queráis como una hoja, una mariposa, una manzana… para que se haga la forma deseada en la cartulina base una vez que esparzan la pintura con el cepillo.
Para comenzar, echa un poco de agua en las témperas para que la pintura no quede muy densa en el cepillo. Después, anima al niño o niña a que moje el cepillo en la tempera. Luego, enséñale a coger con una mano el cepillo boca abajo, y con la otra mano pasar sus dedos por las cerdas para que salpique la pintura y se forme el dibujo.
Puede realizar esta acción tantas veces quiera, y una vez finalizado, apartar la plantilla con cuidado de la cartulina base para que no se diluya el dibujo.
El juego del mago
Con este juego el niño o niña podrá ser capaz de comunicarse y expresarse con sus movimientos corporales, trabajando así su capacidad de expresión corporal. Los juegos lúdicos se consideran los más apropiados para desarrollar este tipo de capacidades que, además de divertirse, se procura que el niño o niña acepte su propio cuerpo y que haga uso de la improvisación.
Lo primero se necesita una pelota que simula una bola de cristal mágica. El mago (adulto en este caso) llevará la “bola de cristal” mientras que los niños y niñas se situarán detrás de una línea imaginaria. El mago convertirá con sus poderes y su bola de cristal a los niños en los animales que él decida y ellos tendrán que salir de la línea imaginaria imitando al animal.
Cuando el mago quiera dará una señal e intentará atrapar a los niños que no han conseguido traspasar la línea imaginaria. Los pequeños que haya capturado el mago se convertirán en magos.
Este juego también ayuda a desarrollar la imaginación del niño, ya que tiene que ponerse en la piel del animal que le haya tocado imitar y le ayudará a liberar tensiones.
Las etiquetas
El juego infantil de las etiquetas es otro método para que los niños exploten la expresión corporal, con el añadido de que consigan un equilibrio físico y psíquico y puedan desinhibirse los que sean más vergonzosos.
En este juego solo harán falta hojas de papel y tantos clips como niños vayan a jugar. El maestro pega en la espalda de cada niño una etiqueta, sin mostrarla. En cada etiqueta habrá escrito una palabra que los niños y niñas puedan entender o, en cambio, un objeto que ellos conozcan.
Tras esto, los niños se dispersarán por la sala y buscarán a un compañero para que lea lo que tiene puesto en la etiqueta de su espalda. El juego consiste en que una vez haya leído la palabra, se lo tendrá que expresar con gestos para que este pueda hacerse una idea de lo que tiene escrito en su etiqueta.
Después buscarán a otros compañeros y compañeras para que hagan esta actividad varias veces hasta que todos averigüen, más o menos, la palabra o dibujo que tienen puesto en sus etiquetas.
Para finalizar, cada niño expresa mediante gestos delante de sus compañeros lo que él cree tener en su etiqueta según las indicaciones de los demás niños y niñas.
La deducción, la síntesis y al observación entran en juego en esta actividad para que encuentren el significado de su etiqueta.
Trabalenguas
Otra de las capacidades que deben desarrollar los niños y niñas en torno a los 3-6 años es la de lenguaje, ya que es una herramienta vital para el vínculo del niño o niña con su entorno.
Los trabalenguas son un recurso muy valioso a la hora de iniciar con los niños sus primeros acercamientos a la lengua. En la forma, les recuerda a las divertidas rimas infantiles, y es por esto que les atraen desde que son pequeños.
Este tipo de juegos lingüísticos ayudan a tener una correcta pronunciación y son muy favorables para obtener rapidez y precisión en el habla sin confundirse. Pueden ser también una herramienta de trabajo con un grupo de niños y niñas para ver quién pronuncia mejor y con más rapidez. Así se esforzarán para pronunciar el trabalenguas y favorecerá sus aprendizajes.
El fin de los trabalenguas no es más que hacer que lo digan con rapidez y claridad, subiendo un poco la velocidad sin pasar por alto ninguna palabra y, lo más difícil, sin cometer errores.
Palabras encadenadas
Con este otro juego de palabras, el niño o niña podrá ampliar su vocabulario a la vez que aprenderá a diferenciar las sílabas de las distintas palabras. Igual que en el anterior, este juego es muy indicado para trabajar el lenguaje entre los 3 y 6 años.
El tradicional juego de las palabras encadenadas se basa en decir una palabra, que el niño o niña pueda comprender, y encadenar con otra que comienza por la última sílaba de la palabra que se ha dicho, es decir; si decimos “farola”, la siguiente palabra encadenada que podemos decir es “lago”, y así sucesivamente.
Si le ponemos un poco más de dificultad al juego como establecer un tiempo máximo de respuesta para decir la siguiente palabra encadenada, el niño o niña podrá desarrollar su velocidad de reacción.
El objetivo de estos todos estos juegos es que hagan uso y desarrollen su capacidad creativa, su expresión corporal y perfeccionen su lenguaje, y este aprendizaje debe ser estimulado de una forma que les sea motivadora.
El juego lo es todo para el niño y la niña…. ¡qué mejor que aprender jugando!
Una acción que forma a la infancia de forma positiva en valores humanos es ayudar a los demás, y esto lo puedes alcanzar apadrinando a un niño o niña.
Fuente: Ayuda en acción