Es imposible separar los sentidos de la Inteligencia”. Estimular la sensorialidad y desarrollo cognitivo de tu alumno lo ayudará a desarrollar sus capacidades. En esto el teatro puede serte de gran ayuda, ya que el teatro “es para el corazón y los sentidos y no sólo un mero debate intelectual, sino una mordedura en el alma que acompaña a toda verdadera sensación. Este es el único camino para alcanzar la sensibilidad del espectador en todas sus caras”, tal y como afirmaba Antonin Artaud, poeta, dramaturgo, actor y director de teatro y cine francés.
El actor, por tanto, es un profesional, un verdadero atleta de los sentidos que juega con ellos para transmitir sensaciones y emociones al espectador.
Estimulación sensorial y desarrollo cognitivo
A continuación apuntamos 5 motivos por los que tu alumnado debe mantener activa y desarrollar su sensorialidad cuando hace teatro. O dicho de otro modo, os exponemos 5 razones para introducir el teatro como asignatura en las escuelas:
- Como fuente de inspiración: Unos sentidos bien desarrollados permiten un mayor contacto con el mundo cognitivo: con la naturaleza, con la vida, con el ¿De qué otro lugar podría si no sacar su inspiración la creatividad y la imaginación del artista?
- Como base para reproducir sensaciones concretas: El alumno ha de ser capaz de reproducir una sensación concreta en escena. Por ejemplo, si el personaje necesita transmitir frialdad puede apoyarse en la sensación física de un chorro de agua fría cayendo por su espalda sirviéndose de su memoria sensorial.
- Como puerta para la entrada a la emoción: Los sentidos y las sensaciones son la puerta de acceso al mundo emocional.
- Como plataforma para el desarrollo de sus capacidades intelectuales: Al dar sentido e interpretar la información percibida por nuestros sentidos creamos nuestros concepto e implicamos a la memoria, la percepción y la atención.
- Como vía para interactuar con el estímulo escénico: Unos sentidos despiertos permiten escuchar al otro y a lo que sucede en el escenario y reaccionar acorde al estímulo para conseguir una verdad escénica.
En definitiva, en el teatro, el actor trabaja desde sus sentidos mediante “gestos, signos, actitudes, y sonoridades para los sentidos del espectador con la intención de conseguir un efecto en todos sus niveles de conciencia”
Antonin Artaud