Numerosos profesionales afirman que “Armar rompecabezas con los niños es una actividad con muchos beneficios para ellos”. A continuación veremos
- Manipulación de objetos. Con la manipulación de cada pieza, los niños tienen una noción de los diferentes tamaños y del peso de cada una de ellas. Así, los colores y el encastre de las piezas les permite tener una noción de las partes y del todo (aunque claro, el todo se verá reflejado cuando el mismo rompecabezas se encuentre completo).
- Estimula su concentración. Al tener en sus manos una pieza, los niños comenzarán a colocarlas de manera azarosa (al principio), luego por colores o formas (posteriormente) y finalmente por estructura (considerando por ejemplo los bordes lisos de una de las piezas del rompecabezas que forme el marco del mismo, entre otras estrategias).
- Desarrollan las habilidades motoras finas. Es decir, aprenden a manipular pequeñas piezas e introducirlas dentro del rompecabezas.
- Promueve la comunicación ojo-mano. Esto se conoce también como coordinación viso-motora en donde el ojo se combina con el movimiento de la mano y viceversa.
- Permite que los niños extraigan información de una parte para poder llegar al “todo”. Es decir, partiendo de una pieza los niños pueden comenzar a deducir si se trata de una parte del paisaje de fondo o de uno de los personajes que se observan en la imagen completa del rompecabezas (es importante que los niños vean una imagen completa del mismo que generalmente se presenta en la tapa del juego).
- Eleva su autoestima. Completar un rompecabezas es un logro que hará que el niño se sienta feliz y orgulloso del beneficio alcanzado. Lo más frecuente es que un niño que logre terminar un rompecabezas luego quiera comenzar otro. Lo que sí debemos tener en cuenta es la cantidad de piezas y el tamaño de las mismas según las edades de los niños. Si son niños pequeños (hasta 4 años) no se deben usar más de 10 o 15 piezas. En niños de 5 a 7 años (rompecabezas hasta 50 piezas) y en niños de más de 8 o 9 años se pueden usar piezas un poco más pequeñas y entre 50 y 100 piezas para cada rompecabezas.
- Permite que los niños organices su espacio, tiempo y mundo a su alrededor.Esto se logra ya que ellos deben ordenan el espacio para que las piezas no se pierdan pero también tiene relación con un orden psíquico que el niño va incorporando. Es decir, el orden de las piezas tiene relación con el orden interno que el niño vaya adquiriendo poco a poco.
- Fomenta la tolerancia frente a las dificultades. La construcción de un rompecabezas ayuda a que los niños se enfrenten a diferentes dificultades o problemas que tendrán irremediablemente en algún momento de su vida. De este modo, de la misma forma en que un niño ordena su mente y la predispone para armar un rompecabezas, el niño ordenará cada idea o pensamiento para resolver cualquier tipo de dificultad que se le presente.
- Refuerza las relaciones familiares. Dado que armar un rompecabezas es una actividad que, generalmente padres e hijos llevan a cabo de manera conjunta, dicha actividad fortalece notoriamente los lazos entre ellos.
- Desarrolla el lenguaje. Inevitablemente los niños deben comunicarse y dialogar con otros participantes del armado del puzzle. Por otra parte, en caso de que el rompecabezas lo arme el niño solo (se recomienda esto después de los 9 años y en casos que el niño lo desee) es posible que ellos desarrollen también su lenguaje interno, lo que también es positivo para su orden psíquico.
Finalmente, y aunque este beneficio no se relaciona con los niños, sí sirve a modo preventivo. El último beneficio de los rompecabezas es que impide problemas de la memoria, especialmente para personas de la tercera edad. No obstante, también este tipo de ejercicios son muy utilizados en rehabilitación de jóvenes y niños que hayan sufrido accidentes o golpes en la cabeza.
Fuente: Escuela en la nube