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Antes de preocuparte por cómo evoluciona el lenguaje de tu hijo, recuerda que cada niño es un mundo, y tanto uno que pronuncie sus primeras palabras a los 10 meses como otro que no lo haga hasta los 16 puede tener un desarrollo adecuado. Eso sí, hay algunas señales que pueden hacerte sospechar que existe un problema en el desarrollo del habla de tu hijo y que deberían llevarte a la consulta de un especialista en logopedia.

Trastornos del habla y del lenguaje

 Los problemas más comunes con los que se suelen encontrar los logopedas son:

  • Dislalia. Está afectada la pronunciación de uno o varios sonidos concretos del habla, sin que haya ningún daño anatómico ni en el sistema nervioso central. La dislalia -no pronuciar las r, k, l, s, z, g o ch o hacerlo de forma incorrecta- es una etapa normal en el desarrollo del habla de los niños pequeños. Pero con el tiempo, van corrigiendo sus problemas de pronunciación. Se habla de dislalia cuando el defecto se instala.
  • Disglosia. Es un trastorno de la articulación de los fonemas debido a una alteración orgánica: puede ser que el labio no aparezca cerrado del todo, que haya un frenillo lingual, que el cielo del paladar aparezca dañado…
  • Disfemia o tartamudez. Se ven alteradas la fluidez verbal y el ritmo.
  • Disfonía. Se altera la voz en su tono, timbre o intensidad.
  • Retraso en la lecto-escritura. El más frecuente es la dislexia.
  • Trastornos específicos del lenguaje. Se caracteriza por una gran dificultad en su adquisición. Esos problemas pueden ser de expresión o de comprensión.

Cuándo acudir a un terapeuta

 En casa, los papás pueden estimular el desarrollo lingüístico de sus hijos a través de la lectura de cuentos, de las canciones, de los juegos de palabras, del uso de un lenguaje adecuado a la edad del niño, etc. Pero si tu hijo presenta algún tipo de dificultad, lo mejor es acudir a un profesional para que los guíe. Los problemas en el habla o en la voz –el niño no pronuncia bien o tiene disfonía– son leves y tienen muy buen pronóstico. Los trastornos del lenguaje suelen necesitar un tratamiento más largo.

Los ejercicios para tratar los problemas de lenguaje se relacionan a los movimientos y acciones respiratorias, que inciden en el ritmo y algunos movimientos buco-faciales en la lengua, labios, mejillas y el paladar. Estos son los 10 mejores:

#1  Ejercicios respiratorios:

Se realiza con movimientos simples y repetitivos, incorporando sonidos. Se puede realizar inhalaciones y espiraciones nasales y bucales, reteniendo el aire. También retener progresivamente el aire dentro de la boca o nariz. Además puedes incluir inspiraciones rápidas, lentas o profundas, dejando salir el aire rápidamente.

#2 Soplar bolitas de papel:

Deben colocarse bolitas de papel o polietileno, también se pueden emplear velas, tumbar torres de papel con soplidos y utilizar pajillas para aspirar agua o limonada. Otra estrategia divertida es soplar burbujas de jabón.

#3 Pronunciar las vocales:

Para realizar la pronunciación el niño debe inhalar lentamente por la nariz, retener el aire y luego exhalar lentamente mencionando las 5 vocales. También puede aumentarse la velocidad, de acuerdo a como se maneje el aire.

#4 Ejercicio de ritmo:

En los problemas del lenguaje, el ritmo es esencial de tratar, para que puedan articularse correctamente las palabras. Para realizarlo, se pueden dar pequeños golpes a una mesa o tambor, y luego pedirle al niño que imite los sonidos con la voz, de esta manera podrá adaptarse al ritmo.

#5 Jugar con las silabas:

El niño deberá articular silabas usando alguna consonante, de manera repetida, por ejemplo: Con la letra P, articulará la silaba pa, pa, pa, pa. Luego debe cambiar las vocales y cada vez que realice este ejercicio se ejercita el ritmo y la articulación, mejorando los problemas del lenguaje.

#6 Articular frases:

En este caso pueden utilizarse frases completas, poesías, trabalenguas o cuentos cortos, de esta manera el niño repetirá las silabas y frases, una y otra vez hasta articular de manera correcta las mismas. Este ejercicio ayuda a mejorar los problemas del lenguaje, que también pueden combinarse con golpes de objetos pequeños, para marcar el ritmo.

#7 Ejercicios con la lengua:

Abarcan diversidad de movimientos con la lengua, ideales para los problemas del lenguaje en los que se ve afectada la articulación de algunos fonemas. Pueden realizarse giros con la lengua en todas las direcciones, estirar la lengua, llevarla al paladar superior, comer goma de mascar y tocar todos los dientes con la punta de la lengua.

#8 Ejercicios de silencio:

Primero deben ubicarse en una habitación completamente silenciosa, y luego realizar algún sonido, de manera que el niño pueda detectarlos y prestar atención, para luego preguntarle que sonido escucho.

Con este ejercicio no solo se ayuda a mejorar los problemas del lenguaje, sino también, puede ayudarles a distinguir la duración e intensidad e los sonidos, ejercitando la localización del mismo y reconocimiento de los objetos que lo emiten.

#9 Ejercicios con los labios:

Se pueden realizar sosteniendo un palillo con los labios, sin introducirlo completamente a la boca. También pueden apretarse y aflojarse, separarlos y juntarlos rápidamente. Realizar el sonido de la letra P con los labios repetidamente.

#10 Ejercicios faciales:

Inflar las mejillas y desinflarlas, luego de retener el aire algunos segundos. También pueden alternarse las mejillas, primero del lado izquierdo y luego inflar la derecha. Además puede retenerse el agua en la boca y soltar lentamente.

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