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En los primeros meses, los bebés no son realmente conscientes de su cuerpo, en realidad, creen que están fusionados con el de sus madre sin distinguir muy bien uno de otro. Cuando mueven brazos y piernas, por ejemplo, no saben que son sus extremidades, sino que para ellos es un juego más. Sin embargo, poco a poco –cada bebé tiene su propio ritmo– van aprendiendo a reconocerse como seres individuales, un camino largo que termina cuando, al observarse en un espejo, saben que la imagen que refleja es la suya, algo que ocurre entre los 18 y los 24 meses aproximadamente.

Pero ahí no queda la cosa, los espejos son, además, buenos para su desarrollo motriz y cognitivo, les ayuda a despertar su curiosidad y ganas de aprender.

e proponemos una serie de juegos con el espejo de principal protagonista y que vienen recogidos, entre otros, en el libro Todo un mundo de sonrisas, juegos mes a mes para un bebé feliz, de Elisabeth Fodor y Montserrat Morán (Ed. Pirámide):

  • Descubrimiento: a partir de los seis meses los bebés están mucho más espabilados, empiezan a manipular objetos y a querer descubrir su entorno. Ofrécele un espejo especial para bebés y observa qué hace con él: seguramente le llame la atención e intentará cogerlo con la manita. Si abre los ojos y se agita levemente, es que ha visto su imagen y le gusta. Aunque se está mirando no se reconoce, pero el mero hecho de seguir la imagen reflejada en el espejo aumenta su atención y le ayuda a fijar su mirada.
  • Gestos: también podéis coger vosotros el espejo y moverlo, jugar con él al escondite, a poner caras, hacer muecas y según se va haciendo mayor, enseñarle dónde está la nariz, la boca, las orejas, sacar la lengua. Veréis qué buen rato paséis y qué risas le provoca. Una manera preciosa de comunicaros con vuestro bebé.
  • Perspectiva: a partir de los diez meses puedes colocar un espejo grande –e irrompible– en el suelo y hacer rodar una pelota mediana dentro. Deja que tu bebé mire lo que haces y anime él sólo a ponerse encima del espejo, tendrá una perspectiva diferente de su imagen al estar viéndose desde arriba que le va a encantar.

 

Cómo averiguar si tu bebé ya se reconoce en el espejo

Para saber si un bebé se reconoce efectivamente en el espejo podéis hacer lo siguiente: sin que se dé cuenta, mancharle la frente de forma muy visible, con un pintalabios o un rotulador, por ejemplo. Luego le ponéis delante de un espejo grande, si se mira e intenta quitársela, sabremos que ha superado con éxito la etapa del espejo.

También podéis sentar al bebé enfrente de un espejo, avanzar hacia él por detrás sin que se dé cuenta para que no se dé la vuelta. Una vez que os vea en el espejo, si se gira para veros es que efectivamente ha comprendido para qué sirve. ¡Enhorabuena!

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