La grafomotricidad es una fase previa a la escritura ya que supone el entrenamiento para la realización de movimientos básicos que forman parte de la correcta direccionalidad y trazado de las letras.
Las actividades grafomotoras están dirigidas a lograr un control de los trazos gráficos, para que el niño aprenda los movimientos básicos y evite movimientos inútiles. También permiten prevenir anomalías posteriores de la escritura como son los giros invertidos, la dirección, la presión del lápiz, etc.
Tienen como finalidad ayudar al niño a adquirir las destrezas necesarias para enfrentar el aprendizaje de la letra cursiva. Ante todo debe tener el niño una posición cómoda con el dorso apoyada sobre el respaldo, los pies apoyados en el suelo, los brazos descansando sobre la mesa y su posición debe ser recta.
Si el niño es diestro, su mano izquierda debe estar sobre la mesa y su brazo derecho debe estar en posición paralela a los bordes laterales del papel, que se colocara inclinada hacia la izquierda.. Si fuera zurdo la posición es similar, pero a la inversa.
Con respecto al lápiz ,debe ser mas grueso que el lápiz corriente, de un centímetro aproximadamente. Este tipo de lápiz va a evitar que el niño crispe o apriete sus dedos cuando lo sostiene. La madre debe fijarse como toma el lápiz el niño, indicándole desde el principio que lo sostenga suavemente entre el índice y el pulgar. El dedo mediano sirve de apoyo y los otros dedos descansan suavemente sobre el papel y guían la mano. La muñeca se apoya sobre la mesa y determina una continuidad entre el antebrazo y la mano.
Para una correcta educación grafomotriz, seguiremos un orden determinado en la realización de los trazos y en la graduación de las actividades.
Empezaremos por lineas rectas, en las que los alumnos deberán realizar el trazo de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo en las líneas horizontales y verticales, respectivamente. Seguiremos por líneas circulares y semicirculares, para las cuales debemos enseñar a los niños la diferencia entre círculo y esfera. Esto lo podemos hacer de manera manipulativa con objetos de esas formas, por ejemplo un CD-disco y una pelota. Una vez asimiladas las líneas curvas, combinaremos ejercicios de los dos tipos para afianzar su aprendizaje. Finalmente, realizaremos guirnaldas variadas. Estas últimas facilitan el desarrollo del movimiento izquierda – derecha del brazo y al realizarlas a través de grandes trazos, desarrollan también los movimientos de progresión basados en la abducción de todo el brazo. A nivel de la preescritura sirven asimismo para desarrollar la unión entre las letras, en la modalidad cursiva.
Es muy importante también tener en cuenta el tipo de materiales que utilizaran los niños para realizar las actividades de apoyo al desarrollo de la motricidad fina: además del lápiz mencionado con anterioridad, sería muy aconsejable realizar ejercicios que requieran el uso de tijeras, pegamento, lápices duros y blandos, temperas, lápices de colores, gomas, palillos, pintura de dedos, ovillo de lana, plastilina, papel seda, fideos, arroz, lentejas…, punzón, cartulinas, papel de calcar, rotuladores, clips, pinzas, chinchetas, etc.