HOME

Las maestras y los maestros de Educación Infantil deberían ser ejemplo y referencia para cualquier etapa educativa. Dejan grandes aprendizajes e importantes valores bajo nuestra piel para siempre.
 
Ellas son las que han acompañado a nuestras hijas este año. Han sido sus maestras, pero su implicación ha sido mucho más que profesional; han sido su abrazo, su consuelo, su paño de lágrimas, sus magas del aprendizaje, su fuente de risas, su cobijo, sus enfermeras, sus quitapenas… Han sido para ellas un mundo maravilloso al que acudir cada mañana. Han convertido cada día en un viaje fantástico al país de la diversión y del aprendizaje.
 
Y para nosotros, sus padres, han sido una bendición. Cada mañana escuchábamos sus gritos de alegría por ir a clase a ver a sus fantásticas maestras, ansiosas por compartir un día más con ellas. Forman parte de nuestra familia, son más que maestras, son sus segundas madres y así lo hemos sentido.
 
Judith y María, gracias por hacer que Amélie y Juliette siempre se hayan sentido importantes, felices, seguras, queridas y escuchadas a vuestro lado. Gracias por hacerles sentir tan grandes y capaces. Gracias por el brillo de vuestros ojos al verlas llegar por el pasillo, por regalarles con vuestras miradas la posibilidad de poder volar, por educarlas con esas otras TIC que tanto nos gustan: Ternura, Interés y Cariño. ¡¡GRACIAS!!
 
Gracias es una palabra demasiado escueta para resumir tanto sentimiento. Habéis sembrado en ellas la semilla más bonita: la del amor por el colegio. Os debemos tanto… Dicen que la memoria borra recuerdos de la primera infancia, pero la experiencia queda grabada en el corazón y determina nuestra personalidad y nuestra manera de actuar. El legado emocional es mucho más valioso y la responsabilidad del maestro es inmensa en estas primeras etapas. Pues bien, la huella que ha quedado en el corazón de nuestras hijas no puede ser más bonita.

Gracias por enseñarnos que por encima de cualquier innovación metodológica o tecnológica está el cariño y el corazón de la maestra o del maestro. Gracias por ser regazo, hombro y abrazo.

Solo queremos que sepáis que sois realmente GRANDES y que vuestro trabajo, vuestra dedicación, vuestra entrega y vuestro «estar» ha conseguido que nuestras hijas viajen al próximo curso escolar con el mejor de los regalos en sus mochilas y en sus corazones, vosotras.
 
Judith y María, un trocito de Amélie y Juliette os pertenece. Ellas, a cambio,  se llevan un trocito vuestro que siempre guardarán en su corazón; un trocito muy especial que les permitirá desplegar sus alas cuando llegue el momento. 
 
Como hemos dicho, la palabra gracias se queda corta. Nada podría compensar lo que habéis sido para nosotros. ¡Las queremos!
 
Fuente: http://www.elblogdemanuvelasco.com

Regístrate

Con Facebook o Google

O con tu correo

Inicia sesión o regístrate para continuar

Con Facebook o Google


O si prefieres, hazlo con tu correo

¿Todavía no eres ⭐️Maestra Premium⭐️? ¡Toca aquí para serlo!