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El uso de los dispositivos con pantallas digitales cada vez comienza a edades más tempranas. Así, no es extraño encontrar a niños menores de cinco años que manejan el móvil, la tableta o el ordenador mejor que muchos adultos, y padres que recurren a estos aparatos para entretener a sus hijos, incluso cuando aún son bebés. Los expertos recuerdan que empezar a utilizar estos aparatos demasiado pronto o abusar de ellos, aumenta el riesgo de sedentarismo y podría mermar la calidad del sueño de los pequeños, poniendo en riesgo su salud.

En esta línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado a conocer una guía de recomendaciones sobre la actividad física, el comportamiento sedentarismo y el sueño de los niños menores de cinco años, pues consideran que estos tres aspectos son claves en el bienestar tanto físico como emocional de los más pequeños de la casa.

La OMS ha configurado estas recomendaciones tras analizar los resultados de 277 artículos médicos y 10 investigaciones llevadas a cabo en cinco países, que incluyeron casi 7.500 participantes. La preocupación de los expertos que la han realizado se centra en la sustitución de las horas de juegos activos por las horas dedicadas a las pantallas, que apenas requieren de movimientos físicos.

Fiona Bull, una de las responsables de la guía de recomendaciones, ha explicado que reducir el tiempo de sedentarismo de los niños menores de cinco años, aumentar el tiempo dedicado al sueño y a la práctica de actividad física aumentará el bienestar físico y emocional de los pequeños, además de ayudar a prevenir la obesidad y otras enfermedades.

Recomendaciones de uso de pantallas a cada edad

Algunos de los efectos en los menores de un mal uso de las pantallas, según este informe, son posibles daños en el desarrollo motor y cerebral de los niños, así como mayor acumulación de grasa como consecuencia de las horas que pasan sin actividad física, alteraciones en la visión y problemas de conducta. Todo ello podría evitarse si se siguiesen las recomendaciones expuestas por la OMS, que se han dividido en tres grupos de edad, pues cada uno de ellos tiene unas necesidades diferentes:

  • Niños menores de un año: la OMS aconseja que los más pequeños no pasen tiempo frente a las pantallas. Además, es importante que desde que nacen hasta los 3 meses duerman una media de entre 14 y 17 horas cada día, y que de los cuatro a los 11 meses de edad, descansen de 12 a 16 horas. En cuanto a la actividad física, sugieren que realicen juego interactivo y que estén al menos 30 minutos en posición de decúbito prono (boca abajo) mientras juegan o gatean y siempre bajo supervisión de un adulto. De esta manera ayudan a fortalecer la musculatura del cuello y de la espalda, mejoran sus movimientos y reducen el riesgo de posibles deformaciones en el cráneo. Tampoco deben pasar sujetos más de una hora seguida en portabebés, cochecitos o sillas de coche.
  • Bebés entre uno y dos años: este grupo de edad no debe pasar más de una hora seguida sujetos con algún método como las sillas balancines o dedicar más de una hora al día al uso de las pantallas, aunque la OMS matiza que es mejor si directamente no las usan, pues igualmente podría afectar a su desarrollo. Estos bebés ya tienen una mayor actividad, pues comienzan a dar sus primeros pasos. Aun así, es importante que al menos dediquen tres horas a hacer algún tipo de ejercicio para evitar los resultados del sedentarismo. Se aconseja que el tiempo dedicado al descanso de estos niños esté entre 11 y 14 horas cada día, incluidas las siestas.
  • Niños entre tres y cuatro años: a partir de esta edad los pequeños también pueden utilizar menos de una hora los dispositivos con pantallas, aunque si es menos mejor, aclaran en el informe. La dedicación al ejercicio físico debe incrementarse hasta al menos tres horas diarias, en las que aconsejan que una de ellas sea intensidad moderada o vigorosa. Por último, para tener un sueño reparador habrá que asegurarse que duermen entre 10 a 13 horas cada día.
 

Las últimas cifras que aporta la OMS sobre la obesidad infantil indican que 40 millones de niños menores de cinco años en el mundo tienen sobrepeso y en las últimas cuatro décadas los casos de obesidad entre los 5 y los 19 años se han multiplicado por 10, según datos del propio informe. En él también se diferencia entre el tiempo que están solos usando las pantallas y las actividades tranquilas que hacen junto a otras personas, como que los padres les lean un cuento, que le canten o hacer juntos un puzle. Aunque estas actividades parezcan que no conllevan beneficios, pues los pequeños realizan pocos o ningún movimiento mientras ocurren, sí que ayudan al desarrollo intelectual, es lo que llaman ‘tiempo sedentario de calidad’.

Fuente: WebConsultas

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