Una nueva investigación ha detectado una elevada prevalencia de genes de resistencia a los antibióticos betalactámicos y a la tetraciclina, tanto en el meconio como en muestras fecales de bebés recién nacidos, lo que indica que la madre puede transferir a su hijo, incluso antes de que este nazca, su propia resistencia a los antibióticos. Los resultados del estudio se describen en un artículo publicado en Journal of Development Origins of Health and Disease.
Según los investigadores, que pertenecen a prestigiosas instituciones como la Unidad Mixta en Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO) o el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de Valencia, entre otras, esta resistencia se puede transferir al feto en el útero, o al bebé a través del calostro, y convertir el tracto digestivo del niño en un reservorio de genes de resistencia a este tipo de medicamentos.
Los científicos analizaron 20 muestras de meconio procedentes de bebés incluidos en la cohorte del proyecto INMA Valencia y hallaron resistencia a antibióticos en el 20% de las mismas. Estudiaron también muestras de heces de 13 madres y sus hijos, analizando las muestras de las mujeres antes del parto y las de los niños cuando contaban una semana de edad. En uno de los casos analizaron tanto el calostro como el meconio, y muestras fecales de madre e hijo a la semana del nacimiento, y en los meses 1, 3, 7 y 12.
La Dra. Pilar Francino, jefa del Área de Genómica y Salud de la Fundación FISABIO, ha explicado que observaron que en el meconio y el calostro se repetían ciertas resistencias a antibióticos que se habían detectado en la madre antes de dar a luz, y posteriormente descubrieron que dichas resistencias podían desaparecer y aparecer otras nuevas.
Esta experta ha señalado que se trata de un hallazgo preocupante porque en los meconios y las heces de los niños de una semana detectaron una prevalencia significativamente alta del gen mecA, que permite que las bacterias sean resistentes a los antibióticos betalactámicos favoreciendo la creación de un reservorio al que pueden acceder bacterias como el Staphylococcus aureus.
Fuente: WebConsultas