Los hábitos dietéticos inusuales podrían ser una señal para los padres y médicos que ayude a detectar el autismo, porque según concluye un estudio ese tipo de comportamientos están presentes en el 70,4% de los niños con TEA, y tan solo en un 13,1% en chicos con otros problemas como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), discapacidad intelectual, etcétera. Por ello, concluye este trabajo, cuando un niño tiene una conducta alimentaria atípica deberían hacerle pruebas para el diagnóstico del trastorno del espectro autista (TEA),
En esta investigación –realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad Penn State, en Pensilvania (EE.UU.)– se evaluaron los comportamientos alimentarios con una entrevista realizada a los padres de más de 2102 niños y adolescentes de entre uno y 18 años de edad, de los cuales 1462 tenían TEA, 327 tenían otros trastornos, y 313 estaban sanos.
Los niños con TEA no suelen probar nuevos sabores
El estudio, publicado en la revista Research in Autism Spectrum Disorders, encontró que esos comportamientos atípicos, como la preferencia por muy pocos alimentos, la hipersensibilidad a las texturas o temperaturas de las comidas, guardar trozos de comida en sus bolsillos sin masticar, o la llamada pica (una enfermedad que consiste en ingerir sustancias no comestibles, como tierra) son 15 veces más comunes en los niños y adolescentes con TEA que en aquellos que no tienen esta afección.
También halló que la mayoría de los niños con autismo presentan dos o más de estas conductas especiales, y que casi una cuarta parte manifiestan tres o más. En cambio, los niños con otros trastornos del comportamiento no autistas no mostraban más de tres conductas anómalas en el ámbito alimentario.
Hay que diferenciar entre un trastorno atípico y el comportamiento normal de algunos niños pequeños, que poco a poco incluyen nuevos alimentos en su dieta aunque algunos son muy reacios a probar nuevos sabores o texturas. Pero en los menores con TEA es habitual que solo tomen un par de alimentos, o que sigan tomando solo biberón o papillas y se nieguen a probar otras texturas.
Curiosamente, un 92% de los niños con TEA y preferencias muy limitadas elegían para su alimentación solo productos a base de cereales –como la pasta y el pan– y nuggets de pollo. Esta preferencia por solo unos pocos comestibles puede deberse a una especial sensibilidad, o a la resistencia que presentan por todo lo que suponga un cambio, de forma que a veces solo ingieren un producto de una marca concreta, o de un color determinado.
Fuente: WebConsultas