El estrés de la madre en el embarazo y en los primeros años de vida de su hijo podría ser una de las causas del sobrepeso infantil que afecta a tantos niños hoy en día, según un estudio alemán publicado en la revista BMC Public Health. Los datos se extrajeron como parte del estudio LiNA madre-hijo, en el que participan la Universidad de Bristol y el Instituto de Salud de Berlín, coordinados por el Centro Helmhtoz para la investigación ambiental-UFZ.
El estudio LiNa es una investigación alemana a largo plazo donde se analiza el desarrollo infantil, centrándose en el estilo de vida y la contaminación ambiental, y la relación que estos factores pueden tener con la aparición de alergias, enfermedades respiratorias, u obesidad en los niños. Así, los investigadores de la UFZ, en colaboración con el Hospital Municipal de St. Georg en Leipzig y el Hospital Universitario de Leipzig, han estudiado desde 2006 a 498 parejas de madres e hijos desde la gestación.
A lo largo de este tiempo, se efectuaron encuestas periódicas a las madres, y mediciones de la contaminación en el entorno, y a los niños se les practicaron reconocimientos médicos. Con los datos de altura y peso de los pequeños, los investigadores calcularon su índice de masa corporal (IMC), y los resultados los clasificaron por edad y género. El estrés materno se midió con cuestionarios en los que se incluían preguntas sobre sus preocupaciones y miedos, nerviosismo, si se sentían satisfechas, y cómo vivían el cuidado del bebé.
Entre los factores que causaban estrés en las madres, los investigadores se centraron en su nivel económico y educativo y en la calidad de su entorno. Así, comprobaron que las mujeres más estresadas tenían más probabilidades de vivir en un entorno poco favorecido, en el que estaban más expuestas al ruido y a la contaminación del tráfico rodado.
El primer año de vida, un periodo muy sensible
Las respuestas obtenidas durante el embarazo y en los primeros años de vida del niño se cotejaron con el desarrollo del IMC del pequeño hasta los cinco años, y se investigó si existía alguna correlación entre el estrés materno y el sobrepeso infantil. Hallaron que, efectivamente, cuando el nivel de estrés de la madre era elevado en los primeros 12 meses de vida de su hijo había más probabilidades de que este presentara un mayor IMC hasta los cinco años de edad. Esto significa que los efectos del estrés materno pueden repercutir en sus descendientes a largo plazo.
Los investigadores lo atribuyen a que desde que el bebé nace hasta que cumple un año, madre e hijo suelen pasar la mayor parte del tiempo juntos, por lo que tiene más influencia lo que a ella le ocurra, y por ello consideran que el primer año tras el nacimiento es un periodo muy sensible en el desarrollo infantil, y que se debería prestar una especial atención a las madres durante esta etapa.
Fuente: WebConsultas