¿Alguna vez le has sonreído a un bebé que se ríe o has jugado “¿dónde está? ¡acá está!” con un niño pequeño? ¿Sabías que al hacerlo estabas ayudando a establecer conexiones en el cerebro en desarrollo de ese niño? En el Centro del Niño en Desarrollo (Center on the Developing Child) de Harvard, llamamos a estas interacciones receptivas “servir y devolver”, porque van y vienen como la pelota entre los jugadores de un partido de tenis o voleibol.
Las interacciones importan
Servir y devolver ayuda a establecer las conexiones neuronales que configuran una arquitectura cerebral robusta. Estas conexiones se encuentran en varias áreas del cerebro y sientan las bases del aprendizaje, el desarrollo social y emocional, la función ejecutiva y el autocontrol (o sea, las habilidades que ayudan a los niños y adultos a enfocarse, planificar, priorizar, recordar detalles importantes, apartar distracciones y controlar sus impulsos). Servir y devolver responde a las necesidades de los niños, es lúdico y apoya lo que a ellos les resulta importante; por lo tanto, también los protege de los efectos del estrés grave, lo cual es crucial para desarrollar la resiliencia.
¿Quién puede participar en servir y devolver?
Cualquier adulto que cuida a un niño: padres, abuelos y otros parientes; proveedores de cuidado infantil; maestros y asistentes de aula y trabajadores sociales, entre otros. Los encargados de formular políticas pueden garantizar que los padres, los maestros y otros cuidadores tengan el conocimiento, la disposición y las oportunidades de participar en este tipo de interacción de desarrollo cerebral con los niños que están a su cuidado. (Ver más consideraciones de política a continuación.) ¡Recuerda que no necesitas juguetes ni tecnología, ni tampoco mucho tiempo para hacer esto! Puedes servir y devolver con un niño en cualquier momento del día: mientras haces las compras, viajas en autobús, te preparas por la mañana o en la guardería, el consultorio del pediatra u otras ocasiones.
Cinco sencillos pasos para servir y devolver que recomiendan nuestros amigos del Programa FIND (Filmando Interacciones para Nutrir el Desarrollo)
- Fíjate en el servicio y comparte el foco de interés del niño. ¿El niño está mirando o señalando algo? ¿Está haciendo un sonido o un gesto facial? ¡Ese es un servicio! La clave es prestar atención a lo que atrae la atención del niño.
- Devuelve el servicio apoyándolo y animándolo. Haz que los niños se sientan reconfortados y cómodos con un abrazo o palabras cariñosas; juega con ellos o simplemente sonríe y asiente con la cabeza para demostrarles que estás notando lo mismo que ellos.
- ¡Nómbralo! Cuando nombras lo que un niño ve, hace o siente, estableces importantes conexiones lingüísticas en su cerebro, incluso antes de que el niño pueda hablar o comprender tus palabras.
- Toma turnos y… espera. Mantén la interacción de ida y vuelta. Cada vez que devuelvas un servicio, dale al niño la oportunidad de responder. Tomar turnos puede ser algo corto y rápido (del niño a ti y de vuelta) o puede continuar por varios turnos.
- Practica los comienzos y finales. Los niños indican cuando han terminado o cuando están listos para pasar a una nueva actividad. Puede ser que suelten un juguete, recojan otro o que se den vuelta para mirar otra cosa. Encuentra un momento u otro para que ellos tomen la iniciativa.
Al crear pequeños momentos durante el día para servir y devolver, apoyas el aprendizaje, el comportamiento y la salud del niño durante toda su vida, así como sus habilidades para enfrentar los desafíos de la vida. Esto es especialmente importante cuando los niños sufren el estrés continuo de la pobreza, la violencia, la discriminación u otras adversidades, ya que este tipo de interacción de apoyo y respuesta sienta las bases de la resiliencia. Además, configurar una arquitectura cerebral fuerte y promover la resiliencia en los niños conduce a comunidades más saludables y productivas para beneficio de todos nosotros. Entonces, ¿qué puedes hacer tú para que más niños estén expuestos al servir y devolver en sus vidas?
Fuente: BID Mejorando vidas