Aquello que observamos cuando los niños se comen las uñas o algunas veces llegan a tartamudear en alguna exposición y usualmente tiene el habla fluida, lo señalamos como “nervioso” o “muy preocupado”. Esta es una reacción emocional que responde por lo general al temor de experiencias negativas. Según los psicólogos, se denomina ansiedad.
Hasta cierto punto, es importante que la emoción impulse a los niños y motive a desarrollar sus actividades en el aula virtual. Al realizar sus evaluaciones o exposiciones, algunas veces se puede observar ‘mordisqueada’ la punta del lápiz, el borrador pintado o partido en pedazos. En ocasiones se muerden las uñas o incluso se interrumpe la fluidez al hablar como señalamos al inicio. No obstante, es necesario notar cuando estas reacciones son muy frecuentes y de alguna forma consultarlo con la maestra y ver qué tanto puede influir en su rendimiento y sus aprendizajes.
Desde casa podemos contribuir a que nuestros niños puedan moderar estos niveles de ansiedad. También podemos apoyarlos conversando con ellos y fomentando la expresión de sus emociones, sus miedos frente a determinadas experiencias y conocer así las ideas que alimentan ese miedo. Ante ello tenemos que acompañarlos en comprobar que no pasará nada negativo y que si llegaran a equivocarse es parte normal de su aprendizaje.
Definitivamente cuando observamos que es una situación constante y se presenta cada vez con mayor frecuencia, será importante considerar la evaluación por una especialista y nos brinde las recomendaciones necesarias.