Claves para preparar a tu hijo para un cambio de colegio
Una mudanza, una separación, descontento de los padres o el niño con el centro escolar actual, querer otro modelo educativo, muchas pueden ser las razones para cambiar a nuestro hijo de colegio, una decisión difícil que suele inquietar a los padres porque “si está bien integrado y adaptado en la clase con los compañeros, este cambio le genera al niño temor: de repente, pasa de un entorno que domina a otro que le es desconocido, donde sabe que habrá otros niños como él, pero, claro, son otros. Distinto es si el cambio se hace a petición del niño, que entonces sentirá alivio”, explica Ana Roa, pedagoga y fundadora de roaeducacion.com.
A esto hay que sumar otros factores que determinarán el éxito de la adaptación al nuevo centro. No es igual irse a mitad de curso, un cambio más radical, que empezar en septiembre con el resto de compañeros con un verano de por medio para desconectar del ritmo y el ambiente escolar y mentalizarse. La edad también influye mucho: cuanto más pequeños, mejor irá todo, porque a medida que se adentran en primaria, sobre todo “a partir de tercero de primaria, los compañeros empiezan a tener mucha influencia y ellos son muchos más conscientes de lo que supone este cambio, de ser los nuevos”, señala la pedagoga.
Igualmente hay que tener en cuenta otras circunstancias variables, como la personalidad del niño –no supone lo mismo para uno muy retraído que para otro muy sociable, al que le costará lógicamente menos–; si en este proceso le acompañan algún hermano o amigo –si estás acompañado, siempre será un más llevadero–, o si el cambio obedece a una alteración más profunda de su cotidianidad hasta ese momento, como un mudanza de ciudad por un cambio laboral de los padres, el divorcio de los progenitores…, ya que en ese caso el paso a un nuevo centro no será la única transición a vigilar.
Cómo y cuándo informar al pequeño de que va a cambiar de colegioLa primera parte de este proceso es informar al niño de lo que va a suceder. Suele ser un momento temido porque los padres no saben cómo va a reaccionar su hijo, si con tristeza, rabia, indiferencia, perplejidad… Por eso lo más recomendable es “ir compartiendo con él la información, pero poco a poco, de una forma progresiva y espaciada, con mensajes suaves y positivos, sin dramatizar ni, por supuesto, mentir, porque los pequeñines se pueden crear una fantasía que luego no se corresponde con la realidad”, indica la experta, que añade que siempre debemos contestar a todas las preguntas que le vayan surgiendo al niño, por muy rocambolescas que éstas puedan parecer. ¿Hay baños en mi nuevo cole? ¿Jugarán a los mismos juegos en el recreo? Para él todos esos detalles pueden ser importantes, por lo que conviene responderle con claridad y sinceridad.
¿Y cuándo es el momento idóneo para comunicárselo? Ni demasiado pronto ni demasiado tarde. Una vez más, también depende mucho de la edad, los niños muy pequeños no tienen una noción muy clara del tiempo, así que de nada sirve anunciarle en marzo algo que no va a ocurrir hasta septiembre. O al revés, esperar hasta unos días antes o peor, llevarlo al nuevo colegio el mismo día del comienzo de las clases. El mejor momento para decírselo, por tanto, es unas semanas antes de que se termine el curso, para que tenga tiempo de digerirlo y despedirse de sus amigos y profesores, cerrar una etapa que es muy importante para él.
Si el cambio se produce durante el curso, conviene elegir un momento tranquilo, en el que los dos progenitores estén presentes, y explicarle con claridad y sencillez que va a cambiar de escuela y los motivos que os llevan a tomar ese paso.