Los niños entre dos y cinco años se encuentran en etapa preescolar, habilitando sus procesos para pensar, razonar y resolver problemas. La creciente facilidad que el preescolar adquiere para manejar el lenguaje y las ideas, le permite formar su propia visión del mundo. Desarrolla su capacidad para utilizar símbolos en pensamientos y acciones, y comienza a manejar conceptos como edad, tiempo y espacio. Sin embargo, aún no logra separar completamente lo real de lo irreal, y su lenguaje es básicamente egocéntrico, todavía le cuesta aceptar el punto de vista de otra persona.
Ya a los dos años, el niño tiene desarrollada la memoria, la cual se divide en: memoria sensorial, memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.
La memoria sensorial, se encarga de seleccionar la información que entra por los sentidos.
La memoria a corto plazo, es la encargada de procesar durante breve tiempo la información y su capacidad básica no cambia con el desarrollo; sin embargo, su capacidad puede ser usada dependiendo de las estrategias de cada individuo.
La memoria a largo plazo, es parte de la memoria más o menos permanente y que corresponde a todo cuanto sabemos.
Los niños preescolares, usan limitadas estrategias organizacionales, ya que a esta edad pueden organizar la información que necesitan recordar, pero usando las propiedades físicas de los objetos y no conceptos abstractos.
Cuando los niños empiezan a hablar, la memoria pasa a ser totalmente consciente, ya pueden recordar muchas palabras y cuentan con un vocabulario extenso (nombres de personas, objetos, colores, formas, algunas instrucciones, etc.). Comienzan a recordar frases que escuchan decir a los demás y las utilizan para tratar de comunicarse. Recuerdan las historias de los cuentos, saben cómo se desarrolla la historia y ya no aceptan los cambios. Puedes expresar sus sentimientos básicos y contar algo que les pasó. Tienen la capacidad de percibir la diferencia de un suceso sobre un fondo de sucesos rutinarios.
Actividades Lúdicas para fomentar la memoria:
Mediante actividades lúdicas podemos fomentar el desarrollo de la memoria desde muy temprana edad. Conozcamos cómo hacerlo para sacarle mayor provecho y prepararlos para el futuro:
- Cuando pasen por la casa de algún familiar o amigo pregúntele quién vive en aquella casa.
- Hagan el juego de las palabras: por ejemplo, elija un tema de frutas y que cada uno diga el nombre de una fruta sin repetir ninguna.
- Juegos de fichas donde se tienen que poner las figuras volteadas y se debe encontrar el par igual.
- La comunicación resulta muy valiosa para activar la memoria, porque les permite evocar los momentos que están en sus recuerdos: su primera experiencia en la playa, el zoológico, algún viaje, un programa de televisión, película, comercial, música de moda, etc.
- Armar un álbum de fotos y/o recuerdos de un viaje mientras conversan al respecto.
- ¿Qué apareció? Comience haciendo cualquier dibujo como, por ejemplo, una casa. Pídale al niño que cierre sus ojos. Cuando lo haga, dibuje algún elemento extra, por ejemplo, una ventana. Cuando el niño abra los ojos, pregúntele qué apareció en la casa. El niño debe decir qué es lo nuevo que hay en el dibujo. Una vez que lo haya dicho, pídale nuevamente que cierre sus ojos. Dibuje algunos elementos nuevos como, por ejemplo, una chimenea con humo, cortinas en las ventanas, etc. Nuevamente pídale que abra los ojos y pregúntele qué cosa nueva tiene el dibujo. Repita esta secuencia de acciones varias veces.
- Toc-Toc–Toc. Pídale al niño escuchar atentamente y contar mentalmente cuántas veces usted golpea sobre la mesa. El intervalo entre cada golpe no debe ser menor a 1 segundo. El objetivo del juego, es que el niño pueda decir la cantidad de golpes que usted dio. Para ello no podrá contar en voz alta sino mentalmente.
El juego se puede poner más difícil, cuando después de una cantidad de golpes se hace una pausa, y luego da otros golpes más. Posteriormente el niño debe decir cuántos golpes dio primero y cuántos después. - Memorizando palabras: Pídele a su hijo, memorizar diez palabras. Por ejemplo: agua, cielo, abuela, tienda, música, gato, Alemania, pozo, camisa, galleta. Pronuncie estas palabras con un intervalo de un segundo entre cada palabra. Pídele decir las palabras que recuerda, normalmente los niños de esa edad, recuerdan entre 3 a 5 palabras.
Fuente: Déjalo Ser