La modificación de conducta no se consigue a través de la violencia. Todos los padres y profesores deben tener claro que la violencia no tiene cabida en la educación. La violencia como medida disciplinaria es inútil, pues sólo perjudica el desarrollo del pequeño. La modificación de conducta solo se consigue a través de “reglas” que ayuden a los niños a conocerse mejor, entender qué es lo que se espera de ellos, y lo que pueden o no hacer.
¿Cómo no se debe educar a un niño? Descubre el efecto Pigmalión. La modificación de conducta persigue el cambio de comportamiento a través de técnicas y estrategias psicológicas dirigidas a mejorar el comportamiento de los niños. Estas estrategias, pueden ayudar a que los pequeños desarrollen todo su potencial, manejen la frustración, se adapten a los cambios, y seleccionen conductas útiles para lograr sus metas y objetivos. La aplicación de estos métodos que presentamos más abajo, ayudará a controlar la conducta en la infancia y promover el bienestar, satisfacción y competencia personal en la infancia.
Técnicas de modificación de conducta
Cuando se trata de modificar conductas en niños, son muchos los padres que se sienten perdidos. A continuación, proponemos algunas técnicas útiles de modificación de conducta que se pueden aplicar en casa o en la escuela para conseguir que los niños controlen o corrijan comportamientos antisociales.
Utilizando estas técnicas de una manera adecuada se puede obtener buenos resultados desde edades muy pequeñas. Es importante valorar que técnica debe usarse en cada momento y no realizar una mezcla de varias sin conseguir el objetivo propuesto. Lo más importante a la hora de modificar la conducta de los niños, es crear en ellos la menor insatisfacción posible, y que puedan cumplir con los estándares pedidos por los padres de una manera adecuada, y sin sentirse frustrados por estar sometidos a castigos y broncas diarias.
1. Técnica de “tiempo fuera” para modificar conductas
La primera técnica de modificación de conductas, es muy sencilla y de fácil aplicación. El “tiempo fuera” es una técnica que puede aplicarse para modificar muchas conductas. La esencia de esta técnica consiste en apartar al niño a un sitio que carezca de estímulos positivos para el/ella, un lugar donde no tenga juegos o compañía con la que pueda entretenerse. No se trata de buscarle un sitio hostil, sino un lugar que le resulte aburrido. Debemos conseguir que esté en ese sitio que no le gusta durante un periodo de tiempo.
Pongamos un ejemplo, un niño lleva mucho tiempo viendo la tele, su padre decide apagar el televisor, y es entonces cuando el pequeño coge una gran rabieta ¿Cómo podemos gestionar la situación? Para aplicar correctamente la técnica de “tiempo fuera” debemos retirar al pequeño a un lugar que resulte poco gratificante para el/ella. Lo haremos inmediatamente después de que aparezca la conducta indeseable. Sin discutir con el, y de forma pausada y tranquila, explicándole detalladamente que cuando corrija su conducta, nosotros estaremos ahí para jugar con el, o realizar una actividad gratificante y divertida.
Esta técnica de modificación de conductas es muy sencilla, pero tiene un factor muy importante que se debe considerar, y es el tiempo que el niño debe de estar en la situación de “tiempo fuera”. El tiempo debe ser proporcional a la edad del niño, por lo tanto, a cada año que tenga el niño se le sumará un minuto, lo que viene a ser, en niños de 5 años, 5 minutos en “tiempo fuera”. Este dato es muy importante ya que si no se realiza de esta manera, la técnica puede ser aversiva para el niño, y por lo tanto, puede no tener los beneficios que deseamos. La edad en el desarrollo del niño juega un gran papel en la conducta del pequeño. Descubre las etapas del desarrollo del niño.
2. Técnica de “extinción” para modificar la conducta
Otra técnica importante, pero que no se suele aplicar correctamente es la “extinción”. Esta técnica de modificación de conductas, consiste en suprimir las recompensas que el pequeño espera conseguir con su conducta. La mayor parte de nosotros presta atención a las transgresiones, es algo que nos resulta difícil de ignorar, y los pequeños lo saben y lo utilizan en su beneficio. Si nuestro hijo nos contesta mal consigue nuestra atención: emprendemos una discusión, intentamos dar explicaciones, hacerle entrar en razón y convencerle…. La técnica de extinción consiste en eliminar todo aquello que refuerza la conducta indeseada del pequeño.
Por ejemplo, un niño que este haciendo chantaje emocional a su madre para no ir al cole con comentarios del tipo “me llevas al cole para librarte de mí”, “¿es que no quieres que pase tiempo contigo?”, etc… En esta ocasión, aplicaríamos la técnica de extinción de conductas, sustituyendo esos comentarios por algo gratificante. Una práctica adecuada, sería, por ejemplo, preguntar al pequeño sobre sus dibujos animados favoritos, ignorando el comentario que el niño había hecho anteriormente. Hacer como si no le hubiéramos escuchado y quisiéramos iniciar una conversación con el.
En la “extinción” es muy importante que siempre aparezca un sustituto gratificante ya que si esta técnica se lleva a cabo sin ser acompañada por un estímulo positivo, puede que el pequeño se sienta ignorado, repercutiendo negativamente en sus emociones. Esta técnica no se debe utilizar ante conductas peligrosas. Descubre los tipos de aprendizaje cognitivo.
3. Técnica de “modelamiento” para modificar la conducta
Otra técnica muy útil, a la par que práctica, y que se puede aplicarse en diversas áreas, es el “modelamiento”. Esta técnica para modificar la conducta, consiste en imitar a la otra persona haciendo exactamente lo mismo que ha hecho ella. Aquí las neuronas espejo cobran gran importancia.
Un ejemplo útil en el que podemos utilizar esta técnica de modificación de conductas, es a la hora de enseñar al niño una nueva habilidad, como puede ser, por ejemplo, poner la mesa. Primero la madre o el padre debe realizar la tarea explicando cada paso que da, desde poner el mantel hasta sentarse a esperar la comida. Para ello, debe explicárselo al niño de la manera más didáctica posible para que preste atención.
Por ejemplo, un niño que le gustan los dibujos animados sobre superhéroes se puede imaginar que cada elemento que coloca en la mesa (vasos, cubiertos, servilletas..) es un superhéroe que va a reunirse a la base (la mesa) con el resto e amigos. Los padres deben de ponerle el mismo ímpetu que pondría el niño para que así sea más entretenido. Una vez el padre o madre que ha realizado el modelamiento debe recoger todo lo que había puesto y dejarle al niño que él lo repita ahora sin ayuda.
Si el pequeño se equivocará en algo es bueno no reprenderle y esperar a ver si a la siguiente vez consigue acordarse de lo que anteriormente no había hecho bien. Importancia de la motivación en el aprendizaje.
4. Técnica de “economía de fichas” para modificar la conducta
La “economía de fichas” es otra técnica de modificación de conductas que puede ser muy divertida para padres y niños. Se trata de establecer un sistema de recompensas en el cuál, para obtener un premio (comida favorita, juguete, excursión, juegos mentales, etc…) deberá desarrollar determinadas conductas deseadas (los deberes, ordenar su habitación, lavarse los dientes, ayudar a poner la mesa, etc…) y dejar de hacer otras que deben concretarse.
Un ejemplo útil, cada vez que el pequeño realiza la conducta deseada se le entregará inmediatamente un reforzador (fichas, puntos, etc…) el niño irá recogiendo estas recompensas hasta llegar al número que hemos determinado, momento en el que le entregaremos el premio final. Lo importante de esta estrategia para modificar la conducta, es que el niño se de cuenta de que obtiene muchos más beneficios y privilegios cuando se comporta de forma adecuada.
Es importante que contemos con una pizarra o cartulina que esté visible para todos los miembros de la familia, donde se pueda ver el estado de los puntos obtenidos semanalmente. Debemos fijar y pactar de antemano los premios que entregaremos. Deben ser recompensas claras y que resulten realmente atractivas para el niño, y deben aparecer reflejadas en la pizarra.
Cada vez que entreguemos una ficha o punto, debemos acompañarlo de comentarios positivos “Estoy muy contento porque te has esforzado”. Descubre las diferentes formas de elogiar que fomentan la autoestima en niños.
Descubre en este vídeo como puedes aplicar la técnica de la economía de fichas para la modificación de una conducta.
5. Técnica de “intención paradójica” para modificar la conducta.
La última técnica de modificación de conducta de la que vamos ha hablar es de la “intención paradójica”. Es una técnica con muy buenos resultados pero resulta compleja, ya que se trata de pedirle al niño que haga aquello que justamente nosotros queremos evitar.
Por ejemplo, cuando un niño desobedece continuamente la orden de recoger sus juguetes, y siempre se niega sistemáticamente a ordenar. El niño cada día entra en una dinámica de provocación. Qué sucedería si un día los padres le dijeran: Hoy no quiero que recojas, quiero que no hagas absolutamente nada.
La primera sensación que le vendrá al niño a la cabeza será satisfactoria porque no tiene que esforzarse en hacer lo que no le gusta hacer. Sin embargo, en ese momento los padres deben de ingeniar alguna actividad divertida con el resto de los hijos, o entre sí. Como por ejemplo, cocinar una receta divertida, contar cuentos, reírse mucho. El niño querrá participar, sin embargo los padres deben decirle que no, que siga sin hacer nada, que era lo que el quería.
Esta técnica tiene varias limitaciones y debe valorarse antes la idoneidad del perfil del niño ya que puede causar la acción contraria y por ello no resultar del todo útil.
Si después de aplicar estas técnicas de modificación de conductas, el niño sigue sin responder correctamente, siempre se puede acudir a especialistas para que realicen una exploración neuropsicológica completa y puedan descartar cualquier tipo de desorden neurológico.
El bienestar y desarrollo conductual en la infancia, depende de los padres y educadores. Los niños no responden como los adultos, por lo que siempre debe adaptarse todas las modificaciones de conducta a lo que ellos necesiten.
Como dijo Jean Jacques Rousseau: “La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”.
Fuente: Cognifit