Kristen E. Reed y Jessica Mercer Young, educadoras y expertas de la organización del Education Development Center (EDC) se han centrado en rescatar la importancia de usar el juego como herramienta para enseñar matemática a los niños más pequeños. En la plataforma del proyecto de Stanford DREME (Development and Research in Early Math Education), Reed y Mercer explican que los juegos matemáticos, ofrecen una estructura y un proceso que permite a los niños sentirse motivados a la hora de resolver problemas y alcanzar objetivos particulares. Y aunque ese problema puede ser un desafío, dicho desafío también convierte el juego en algo divertido y atractivo para el niño.
Los niños pueden jugar solos o en grupo, pueden tomar sus propias decisiones sobre los movimientos que harán y lo mejor es que pueden jugar una y otra vez para intentar nuevas estrategias.
Entonces, además de todos los fundamentos matemáticos que pueden aprender, con los juegos matemáticos también desarrollan otras cosas como la persistencia y la resolución de problemas; las habilidades socioemocionales como la paciencia, el respeto por el otro y la colaboración a la hora de resolver problemas. Por otra parte, explican las expertas, los juegos en la sala de clase, ofrecen a los profesores datos importantes sobre el desarrollo matemático de los niños. “A medida que los niños participan en el juego, los maestros de preescolar tienen una gran oportunidad de observar las habilidades de pensamiento, razonamiento y matemáticas de los niños en el trabajo. Por ejemplo, cuando un niño mueve una pieza del juego a lo largo de un camino numérico en un juego de mesa, el maestro puede observar si el niño puede recitar la secuencia numérica con precisión y mantener la correspondencia de uno a uno”, explican Reed y Mercer.
Rescatando esto, EDC diseñó una serie de juegos para educadores de preescolar que son sencillos, pero sobre todo, ideales para motivar a los niños.
Estos juegos están diseñados para ser adaptados, así que son “apropiadamente difíciles” para todos los niños. Esto quiere decir que, aquellos que están al comienzo de su aprendizaje de matemática pueden participar con versiones más simples de los juegos y los niños que están más adelantados pueden trabajar otras alternativas adicionales. Los juegos que comparten las expertas en DREME, están enfocados en el sentido de los números.
“El número y las habilidades operativas son fundamentales para el aprendizaje posterior de las matemáticas”, dicen las expertas “y representan una gran parte de los estándares de aprendizaje de matemáticas de la primera infancia”. Por eso, estos juegos resaltan habilidades como: el reconocimientos de los números en una lista de palabras y los símbolos numéricos escritos, el conteo uno a uno (emparejar un objeto con una palabra numérica), la comparación de los números, el componer y descomponer (sumar y restar), entre otros. ¿Cuáles son éstos?
1. Juegos con dedos
Los juegos simples con los dedos se enfocan en habilidades clave como el conteo, la cardinalidad, la subdivisión, la combinación… Una investigación muestra que el uso de los dedos juega un papel importante en el aprendizaje y la comprensión de la aritmética; en ese sentido, puede convertirse en una buena herramienta. El juego que se propone es el siguiente: oculta tus manos detrás de tu espalda, luego muestra tus manos sosteniendo algunos dedos en cada mano. Por ejemplo, muestra tres dedos en tu mano derecha y dos dedos en tu mano izquierda. A los niños les encanta cantar una pequeña rima antes de que se revele el resultado: “dedos, dedos, 1,2,3, ¿cuántos dedos ven?” Luego los niños dicen el número que vieron.
Para que el juego sea un poco más desafiante, debes pedirle a los niños que usen ambas manos y que muestren cinco dedos de una manera diferente. También puedes pedirles que muestren en sus dedos uno más o uno menos a la cantidad de dedos que estaban mostrando antes. A medida que los niños crecen y tienen más práctica, incluso puedes preguntarles cuántos dedos no están visibles.
2. Cartas con puntos
Las cartas con puntos ofrecen una cantidad de opciones de juego para que los niños practiquen la matemática. Las tarjetas pueden tener de uno a diez puntos dispuestos en diferentes configuraciones: lineal (línea recta), rectangular, patrón de dados, circular, dispersa. Los puntos están dispuestos de diferentes formas porque la variedad ayuda a los niños a desarrollar muchas imágenes mentales de cantidades. Los juegos son muchos: pueden cubrir puntos, copiar patrones, hacer coincidir cartas, buscar una carta determinada, entre otros.
3. Saltar
Hay un juego que se conoce en inglés como “jumping on the lily pads”. Este consiste en saltar como sapos sobre hojas de lirios acuáticos imaginarios. Ellos deben saltar de hoja en hoja hasta llegar al otro lado, al final del estanque. Para trabajar la matemática, el juego se ha adaptado. Se necesitan dados, unas fichas (ojalá con forma de ranas) y un tablero de juego que tiene dibujadas hojas de lirios con números. Para jugar, los niños deben usar los dados y mover sus ranas a lo largo del tablero de juego. El objetivo es ser el primero en llegar al estanque.
Este juego ayuda a los niños a desarrollar una recta numérica mental y a entender que los números enteros están espaciados por igual a lo largo de una recta numérica. Cuanto más desarrollan los niños una línea de números mentales, más preparados estarán para las tareas de matemáticas que les esperan. Con éste, también practican el reconocimiento numérico y usan palabras como antes, después, más cerca, más allá.